Un proyecto para visibilizar a artistas emergentes. Una puerta abierta a que las personas seleccionadas puedan tener un espacio fijo en el que desarrollar sus producciones, recibiendo, además, sus correspondientes honorarios. Un taller en el que crear y hacerlo a la vista del público, e incluso con su acción directa. Una convocatoria comisariada también por jóvenes que justo ahora está celebrando su primera edición. Todo eso y más es Gaztearen Txokoa, convocatoria que en su puesta en marcha ha seleccionado a Unai Alonso, Celia Sáez y Nefer Olaizola para que, hasta principios del año que viene, hagan suyo Zas Kultur.
De hecho, esta misma tarde se presenta la primera de las propuestas, un Berrerabili Ostia que Alonso va a seguir desarrollando a lo largo de este mes. “Son cuatro semanas de exposición pero también de intervención y modificación” en una propuesta en la que el autor juega con el denominado upcycled art, una práctica que persigue generar obras artísticas y objetos útiles a partir de materiales reciclados. Al igual que les sucederá a las otras dos artistas seleccionadas en diciembre y enero, el creador tiene a su disposición uno de los cubículos con los que cuenta Zas en su sede de la plaza San Antón, un espacio, por ejemplo, cuyo suelo ya está enmoquetado con trozos de tela conseguidos tras un llamamiento en una red social. “La respuesta ha sido sorprendente”, apunta el artista, que pretende sensibilizar a los visitantes para que cambien sus hábitos socioeconómicos y apuesten por la sostenibilidad.
Dinámicas
Así lo va a explicar hoy a las 19.30 horas en un acto inaugural que será de acceso gratuito y en el que también estarán presentes Saioa Alonso Castillo y Adrián Sedano Heras, los dos comisarios de esta iniciativa nacida del impulso del Servicio de Juventud del Ayuntamiento de Vitoria. “Que las personas seleccionadas puedan experimentar y encontrarse con la gente mientras crean es el gran objetivo”, apuntan ambos.
En ese camino, la siguiente en seguir el mismo camino a lo largo de diciembre será Sáez. “El hecho de haberme formado como restauradora ha hecho que mi relación con el arte la viva desde cierta distancia. Y esta oportunidad es volver a acercarme a él” a través de un proyecto en el que restauración, creación y gastronomía se van a unir. Bajo el título Zure sekretua badakit, se va a servir de cortes estratigráficos de pinturas para generar otras obras a base de ese juego con las capas, lo que también puede devenir, o es la intención, en la realización de una tarta a compartir con la gente.
El broche a esta agenda, ya con 2023 en marcha, llegará de la mano de Olaizola, que quiere desarrollar en Zas Onsen oasia. En el vídeoarte y la experimentación audiovisual sustenta la artista su camino, instrumentos que le sirven también en este caso aunque pueda parecer algo complicado en una convocatoria que, en parte, se basa en apoyar proyectos en proceso. Aún así, “la gente también va a poder intervenir” en una idea en la que la autora volverá a centrar su atención en la relación entre mujer y espacio. Para ello, y sirviéndose también de los ecos de la cultura japonesa, quiere proponer un momento y un lugar “seguro” para las mujeres, el instante del baño en la intimidad.