Bizkaia

Zeanuri recupera el volteo a mano en Eleizondo el día 16

La tradicional medición de la encina volverá a repetirse ese día, domingo siguiente a San Valentín
En imágenes: Zeanuri recupera el volteo a mano en Eleizondo
En imágenes: Zeanuri recupera el volteo a mano en Eleizondo / Jon Urutxurtu

La barriada de Eleizondo, en Zeanuri, tiene ya todo listo para celebrar la festividad en honor a San Valentín que, tal y como manda la tradición, siempre tiene lugar el domingo posterior al 14 de febrero. Además de los actos habituales y tradicionales, en esta edición se va a recuperar el volteo a mano de las campanas de la parroquia de Andra Mari, una ancestral manera de llamar a misa que no se realizaba desde 1994.

Con ese inconfundible sonido arrancará el programa de actos diseñado para el domingo 16 puesto que, a las 11.00 horas y a las 11.30 horas, los hermanos Pedro y José Antonio Lejarza serán los encargados de tocar las campanas a mano tal y como lo aprendieron desde pequeños de su padre, Iñaki Lejarza, que fue el último campanero de la parroquia de Andra Mari. Además, todo el que lo desee tendrá la oportunidad de subir a la torre del campanario para presenciar, ver y oír in situ esa singular costumbre.

Después del repique de campanas llegará el momento de la fe y el recogimiento con la misa que se oficiará a las 11.30 horas en la bello templo religioso del barrio de Eleizondo y el posterior traslado en procesión de la imagen de San Valentín a la ermita de La Piedad, ubicada a tan solo 50 metros de distancia. Al salir del pórtico niños y niñas del grupo de danzas Arrikibar ofrecerán unos bailes ante el santo antes de continuar a hombros de feligreses su camino hacia el pequeño templo donde permanecerá hasta el próximo año. Será una nueva ocasión para honrar y mostrar la devoción que siente la barriada hacia un santo y una talla realizada, presumiblemente, en la segunda mitad del siglo XVIII y que fue restaurada en 2017 por el Museo de Arte Sacro para mejorar, sobre todo, rostro y manos ya que se encontraban deteriorados por los sucesivos repintes realizados a lo largo del tiempo.

La tradición de la medición de la encina cumplirá 66 años.

La tradición de la medición de la encina cumplirá 66 años. Jon Urutxurtu

Medición de la encina

Cuando la imagen de San Valentín descanse ya en su ermita llegará el esperado acto de medición de la encina anexa, una tradición que se repite, año tras año, desde 1959. Como apunta el vecino de la barriada, Pedro Lejarza, el actual ejemplar “sustituyó a otro que existía anteriormente en el mismo lugar”. Fue traído en 1958 por Guillermo y Marcos, del caserío Zutzute, “en un carro tirado por una yunta de vacas desde el monte Eleizbaso y fue plantado junto a otros vecinos de Eleizondo”. A partir de ese momento, y en medio del ambiente festivo de las celebraciones en honor a San Valentín, el prestigioso tasador de montes ya fallecido, Ceferino Lejarreta, se empezó a encargar de medir la anchura de su tronco para comprobar su crecimiento anual. De la primera quedó constatado que el grosor de la encina, a 1,50 metros de altura, era de tan solo 0,18 centímetros. La última anotación correspondiente a esa etapa fue realizada por Cándido Intxaurraga en un papel encontrado en su casa donde indicó que el 14 de febrero de 1999 la circunferencia de la encina alcanzaba 1,50 centímetros. A partir de ahí, no se ha hallado ningún otro tipo de dato sobre mediciones posteriores.

Y es que, “a medida que fallecían nuestros mayores, la tradición comenzó a perder fuerza”, explica Lejarza. Sin embargo, un grupo de vecinos del barrio se propuso en 2007 hacer todo lo posible para “no dejar desaparecer esa tradición”. Tan solo un año después, y tratando de dar un cierto carácter oficial al acto, abrieron un libro de actas donde firman el mayordomo, el secretario y la persona encargada de medir la encina, un honor que han tenido desde entonces Gregorio Lejarreta –desde 2009 hasta su fallecimiento en 2015– e Igor Intxaurraga desde 2016 hasta la actualidad.

Traslado de la imagen de San Valentín en procesión desde Andra Mari.

Traslado de la imagen de San Valentín en procesión desde Andra Mari. Jon Urutxurtu

Su última anotación, la correspondiente a 2024, indica que más de seis décadas después de su plantación la circunferencia del tronco de la encina de La Piedad de Eleizondo ya era de 193 centímetros.

El apunte

  • Parroquia de Andra Mari. Todo el que lo desee tendrá la oportunidad de subir a la torre del campanario para presenciar, ver y oír ‘in situ’ esa singular costumbre.
  • Desde 1959. De la primera medición –oficiada por Ceferino Lejarreta– quedó constatado que el grosor de la encina, a 1,50 metros de altura, era de tan solo 0,18 centímetros. La última anotación (2024) indica que más de seis décadas después de su plantación la circunferencia del tronco de la encina de La Piedad de Eleizondo era de 193 centímetros.

Relevo de mayordomo

Tras apuntar la nueva medición, el actual mayordomo, Igor Intxaurraga, pasará el libro de actas y las llaves de la ermita al mayordomo entrante, Iñaki Lejarza, que tendrá el honor de custodiar estos simbólicos elementos hasta la próxima festividad de San Valentín. La programación de la jornada festiva matinal de este próximo domingo 16 de febrero en el núcleo de Eleizondo continuará a las 12.30 horas con el reparto entre los asistentes del barauskarria, un tentempié consistente en tocino, pamitxa y vino. Todos estos actos se desarrollarán en un ambiente animado por los txistularis y bertsolari Arkaitz Estiballes.

2025-02-10T10:10:20+01:00
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