Las trabajadoras del SAD de Zumarraga solicitan una mejora de las condiciones laborales y salariales
Las mujeres del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Zumarraga se están movilizando para exigir unas mejores condiciones laborales y salariales. La semana pasada organizaron una concentración.
Denunciaron que desde que el servicio se adjudicó a las empresa Giza-tzen las condiciones laborales han empeorado notablemente. "La empresa ha comunicado su negativa a negociar ningún convenio. Aseguran que es política de empresa no negociar y que las subidas serían del 0% para 2021, 0,8% para 2022, 2023 y 2024 y 0% para 2025. Algo inasumible cuando tan solo en el año 2021 el IPC ha subido un 6,4%".
Carmen Sánchez, responsable de Hábitat de Gipuzkoa de CCOO y las trabajadoras del SAD de Zumarraga Mari Carmen Etxaniz (delegada), Lourdes Arsuaga y Ana Cuadrado comentan que en el SAD trabajan una veintena de mujeres de Urretxu y Zumarraga. Ayudan a personas dependientes de todas las edades: les ayudan a levantarse y ducharse, se encargan de los medicamentos, hacen la compra y la comida, limpian las casas...
Ninguna de ellas trabaja a jornada completa. "No hay suficientes horas de trabajo para que podamos trabajar a jornada completa. Además, las personas a las que cuidamos pueden ir a un geriátrico o fallecer en cualquier momento. Nunca sabemos cuánto vamos a cobrar el siguiente mes. Un mes podemos trabajar 40 horas y al siguiente 100. Hoy en día tenemos bastantes horas de trabajo, pero es porque varias compañeras están de baja. Es triste que tenga que ser por eso".
Consideran que el Ayuntamiento debería impulsar que tuviesen más horas de trabajo. "El servicio lo oferta el Ayuntamiento, pero lo tiene subcontratado a una empresa privada: Gizatzen, que pertenece a la multinacional OHL. El reparto de horas se puede regular mucho mejor. El SAD de Donostia cuenta con 400 trabajadoras y el reparto de horas es mucho más equilibrado. Hay que apostar por el SAD de Zumarraga. No se puede dejar que vaya a la deriva. El Ayuntamiento nos dice que está hablando con la empresa, pero no notamos mejorías", comentan.
Recuerdan que desarrollan una actividad catalogada como esencial durante la pandemia. "Hacemos de todo. Ofrecemos ayuda física y psicológica. Es un trabajo duro, pero agradecido. Los usuarios y sus familiares suelen ser muy agradecidos. Los políticos suelen decir que las personas dependientes deben vivir en sus casas, denuncian que las mujeres tenemos peores condiciones laborales... ¡Que apuesten por el SAD! Cada familia solo puede recibir un servicio de dos horas diarias y nosotras estamos dispuestas a trabajar más. Pero a algunos usuarios les han reducido las horas de ayuda, a otros les han subido el precio y por consiguiente han renunciado al servicio...".